(“A oscuras todavía se intuía la calidez de una nueva luz…”)
Las noches se poblaban de fantasmas,
de cantos seductores de sirenas,
de nieblas cegadoras, pavorosas,
mientras en los arrecifes sonaban las campanas.
¿Quién habló de una fácil travesía?
La mar está agitada
y las olas asaltan la cubierta,
aunque a veces certeras luces irrumpen
en las sombras y fijas a lo lejos
tu mirada.
Sin duda llegará una nueva luz,
un nuevo sol cálido y amable
y en nuestra nave humilde,
desarbolada y hermosa,
compartiremos tardes luminosas y ardientes.
Volveremos a mirarnos con sonrisas cómplices,
a perseguir como locos molinos de viento,
a conjurar este tiempo de oscuridad y de acero,
a juguetear como niños perdidos
en los abismos de nuestra risa.
altiva y bella,
desafiando todas las tormentas,
poniendo fin a estos días de violetas,
trayendo la estación de la alegría.