domingo, 23 de diciembre de 2012

SOY VIATOR






Soy Viator, el viajero.  Arrastro por los caminos cada día mis casi setenta kilos de peso,  mi metro setenta y tantos de frágil estatura, la mala  salud de hierro de mi cuerpo mortal, fibroso y duro de caminante.

Pude haber sido un paciente profesor, un abogado eficiente, un periodista exitoso, pero elegí por mi mala cabeza ser sólo un viajero solitario. No me arrepiento. Gracias a eso soy tan inmensamente rico como pobre de bienes soy. No me importa el dinero. A veces pienso que debiera ser más pobre para atesorar mayores riquezas.

Aunque me educaron para contener mis sentimientos, tengo demasiado delicada la piel del alma y me emociono, sufro y gozo más que el común de los mortales; soy de lágrima fácil, de sonrisa fácil también.

Os confieso que me hubiera gustado ser sabio, conocer muchas cosas que nunca encontré ni encontraré tiempo para ponerme a aprender. Pero aunque soy un ignorante, la vida me otorgó algunos dones y mis viajes algunas sabidurías que procuro aprovechar: sé leer en los ojos de la gente, sé intuir la bondad y la mezquindad en las personas y oír con claridad las palabras que se sienten y se callan; sé escuchar a todos, comprender y consolar a quienes sufren.

Me corrompe la estupidez y me subleva la codicia y la injusticia. Me gustaría gritarle a la cara a quienes se creen poderosos, y a veces lo hago, que muy pronto morirán y que la vida es demasiado corta para que felicidad de todos no sea nuestra única obligación y la alegría nuestra única bandera.

A veces soy egoísta, vanidoso, despistado, cabezota, desatento y tímido, bien sé yo que estos son mis pobres defectos que cada día procuro evitar y que no los sufran  mis compañeros de viaje. Soy un solitario. Soy mejor persona en la media distancia que en las amistades íntimas, que a veces me cohíben y que no sé cuidar. Pero con quienes me quieren soy cuando me necesitan leal y generoso hasta el límite de mis fuerzas, y ellos y ellas me corresponden excusando mis debilidades.

Soy sólo un hombre.
Soy un hombre que ama y respeta a las mujeres.
Soy lo que de mí han hecho las personas que me han amado.
Estoy empezando a hacerme viejo.
Lo noto porque cada día  me apasiona más la vida,
porque cada día me conmueve más la belleza,
porque cada día lloro más
y porque me duele el mundo
y el riñón izquierdo.
Estoy aquí de paso.
Soy Viator, el viajero.