Dialogas educadamente con tu señor,
mas no esperes descifrar sus deseos
que aumentar la cifras de su cuenta corriente
es el único afán que le domina.
Le incomoda la firmeza serena de tu voz,
le altera el orgullo y la ironía en tu mirada
pues, aunque eres un simple bufón,
le dan miedo porque sabe que un día
pueden ser las voces y las miradas
de sus dóciles esclavos. No dudes
que si pudiera te haría cortar la lengua
y vaciar las cuencas de tus ojos.
Ha irritado al señor que entre
bromas y veras le recuerdes
las muchas privaciones de sus siervos
mientras de manera obscena
multiplica cada año sus ganancias.
Hoy en tablas ha acabado la partida
pero, aunque no era tu intención,
pobre bufón trotamundos,
has indignado gravemente a tu señor
y no olvides que si puede
a gusto ordenará despedazarte
y alimentar con tus despojos
a sus perros.