jueves, 30 de junio de 2011

LA CIUDAD DE LA LUZ









                                           











                                                                           A Nuria Miguel

La Ciudad de la Luz nunca la veremos
Ya lo dijo el viejo Kavafis: Ofrécete generosa
y toma todo lo que el sueño de Ítaca te ofrezca
que sabia y fuerte ha de hacerte su camino

Y entretanto...

Es una suerte en las horas inciertas
que tus ojos sonrían y sonría tu boca
y tu risa ilumine la mañana

Es una dicha que viajemos juntos
oír tu voz serena que despeja el camino
como el cierzo en días de brumas

Es maravilla caminar a tu lado
ampararse en tus brazos en las horas amargas
cobijarse a la sombra de tus tiernas palabras

...Es un milagro sentir tu compañía.

miércoles, 29 de junio de 2011

VEINTINUEVE DE JUNIO

















Decidme, ¿a dónde conducirá esta senda
que desde aquí asciende y se pierde entre la bruma?
El viajero lo ignora mas inicia apasionado el camino

Una intensa y exquisita emoción agita su cuerpo y su alma
Inquieto y nervioso como un padre primerizo
espera el momento en que surja la tierra soñada
que ha estado aguardando desde hace tanto tiempo

Mira a los suyos y sabe que viaja en excelente compañía
que entre ellos habrá siempre un nido vacío
para el pájaro viajero para el pájaro herido
que entre ellos habrá siempre un rato para compartir
sus mejores sonrisas sus mejores licores
sus mejores caricias

Mira a los suyos y sabe que aún está aprendiendo
a acogerse a las sombras de las mujeres-árbol
y a cobijar a ellas tiernamente entre sus ramas
Pero es hombre y tímido, amigas mías,
sed pacientes con su torpeza

No ignora que inicia el camino porque aprendió
a mirar el mundo con los ojos de los olvidados:
del inmigrante sin papeles de la mujer humillada
de aquel que en el lejano Oriente gime de dolor
con el cadáver de su hijo entre los brazos
Quienes le amaron le enseñaron a convertir su dolor en rebeldía

Ese es el impulso que nos mueve y que nos une
da igual de dónde venga
Somos hijos del barro y la libertad
pertenecemos a una estirpe vigorosa
aunque a veces lo olvidamos
y andamos a cuatro patas
y roemos los despojos del camarada caído
y derribamos la casa vecina que da sostén y fortaleza a la nuestra.

Pero a veces cuando nos lo proponemos
somos capaces de unir nuestras voces
para tejer con ellas prodigiosas sinfonías multicolores
bajo las que guarecernos en las noches de tormenta
Y hoy hemos compuesto una de ellas.

martes, 28 de junio de 2011

DÍAS DE GLORIA













Si el hombre pudiera decir lo que ama,
Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
Como una nube en la luz
Luis Cernuda






Es cierto, amor, que a veces
y a pesar de todos los pesares
la vida se nos entrega
como un amante generoso
de perdurable recuerdo

Recorta, amor,
la foto de este tiempo
búscale un sitio de honor
en nuestro álbum

Y siempre recordaremos
aquel día luminoso
en que cada hombre y mujer
pudo, al fin, decir lo que ama.

lunes, 27 de junio de 2011

MUJER AL BORDE DEL CAMINO
























Después de tantos años
después de tantos caminos
una y otra vez lo sigues esperando

Lo esperas
aunque nunca te lo ha pedido

¡Qué inquietante a veces
qué irritante la vida
junto a este egoísta
quimérico
manipulador
 inmaduro
imprevisible
irresistible viajero!

Mas sabes que volverá
y sedienta de amor lo esperas


Él ahora a cientos de kilómetros de aquí
te busca en cada mujer al borde del camino
y piensa que nunca te ha dicho
que jamás vio
amanecer más hermoso
que la luz de tu sonrisa
que ningún mar le conmovió tanto
como el brillo de tus ojos negros.

domingo, 26 de junio de 2011

DÍAS DE VINO Y ROSAS


A J.A.M. in memoriam

Escuchando mis viejos vinilos, que para él son reliquias de un extraño y remoto pasado, mi hijo me ha preguntado qué fue de aquellos días de vino y rosas. He descubierto en el brillo de sus ojos negros, los ojos de su madre, la misma irónica mirada de Jam, y no he sabido contestarle.

Qué vulnerables éramos a los veinte años, qué duro fue el despertar cuando acabó el tiempo de las esperanzas compartidas: ya no se oían galopes de caballos a lo lejos ni aquel rumor de alfanjes que enervaba nuestras venas y nos vimos desnudos en medio del desierto. Recuerdo bien, Jam, tu estampa elegante, el cuello alzado de tu chupa de cuero y el cigarro en los labios cuando nos arrastrábamos juntos, cada madrugada, empapando en alcohol nuestras miserias. Oíamos a los Rolling, a Bob Marley, a U2 y a Queen, también a Silvio, y vivíamos cada instante como si fuera el último. Gozamos mucho, sí, pero cómo sufrimos… Nuestra vida era gris como tu barrio, vacía como el alma de un demonio.

Ellas, bien lo sé ahora, fueron el ángel de esta historia. Nos anclaron a la vida con su ternura implacable, con su amor exigente nos enseñaron a amarnos. Pero tú no tuviste tanta suerte. Los mejores no pudisteis aceptar tanta renuncia y escapasteis a lomos de la jaca siniestra que llevó su locura hasta el abismo.

No, no quiero volver a recordar aquella mañana helada, la llamada angustiosa de tu madre, tus ojos vidriosos que no pude cerrar, tu cuerpo aniquilado, la piel azul de tu cadáver. Prefiero imaginarte como te conocí, siendo poco más que un niño fascinado ante un gigante: la sonrisa franca, la mirada irónica, el puño alzado sobre la barricada.

¡Si supieras, Jam, cómo cambió todo! Los que sobrevivimos decidimos vivir en vuestro nombre, y aprendimos a amar la tierra, a amar el agua y el viento, a defender los pueblos y a sus gentes, y nos negamos a formar bajo ninguna bandera; y fuimos tejiendo, pacientemente, redes de solidaridad en nuestros barrios; y un día comenzamos a dejarnos transformar, hicimos nuestra la revolución silenciosa de las mujeres y, gracias a ello, nuestras vidas grises fueron adquiriendo todos los tonos del arcoiris.

Pero un día se cernieron nuevos nubarrones, y los artífices de este despiadado mundo global silenciaron nuestras voces, arrebataron el futuro a nuestros hijos, arruinaron nuestras vidas y sembraron de despojos nuestros paisajes. Otros jóvenes que ya no somos nosotros, Jam, nos señalan con su dedo acusador, y nos declaran culpables, y nos dicen a la cara que nunca entendimos nada, que nuestros ansiados sueños son un fraude.

Han pasado muchas lunas desde aquel tiempo que compartimos, y ahora que ya peino algunas canas, amigo mío, me ha sorprendido mi hijo adolescente escuchando emocionado nuestras viejas reliquias de los ochenta y, mirándome con tus ojos, cargados de ironía, me pregunta qué fue de aquellos días de vino y rosas. Pienso en todos los Jam, en todos los muertos de mi felicidad, como cantara Silvio, y no sé qué contestarle.

CANCIÓN TRISTE DE OTOÑO






¿Y me preguntas hoy por qué estoy triste?
De los álamos vengo.
Ángel González







Me preguntas por qué estoy triste, amor,
en esta tarde de casi invierno
Fuera el viento azota las calles heladas
las alamedas desnudas
Aquí hace calor y mi corazón se arrastra
tras los acordes de un blues
que suena al piano

Reja de escarcha es el cristal
cortina de lluvia helada
Al otro lado del vidrio el tiempo se ha detenido
y fluye lento, muy lento
como una injusta condena
en cambio en éste
me ha sorprendido el reflejo
de un extraño cuarentón de gafas

Al otro lado del vidrio
en las aceras se acumulan despojos
de vidas rotas tiradas como viejas
muñecas de trapo
Entre ellos sigue el trajín de hombres de viento
los afanes de mujeres de agua
Hijos del barro y de la luz
¡qué poca cosa vuestras humildes fuerzas
frente a tanto bárbaro destrozo!

Volverán las noches de volver a casa
con las manos negras y el corazón sudado
con un clavel en el ojal y una sonrisa en los labios
Pero ahora déjame que te diga, amor,
que en esta tarde de otoño
me siento triste y cansado.

sábado, 25 de junio de 2011

DIOS Y TÚ







La gloria de estar muerto no puedo saberla.
La gloria de estar vivo, esa nunca fue bastante.
                     Manuel Vilas





Es la vida un efímero paréntesis entre la nada y el vértigo.

Lo oíste muchas veces
pero sólo ahora lo comprendes
cuando ya oteas en la distancia
la última curva del camino
y te sorprende descubrir
qué lejos queda tu infancia y sus paisajes
los ojos adorables de aquellas princesas morenas
que te amaron y a las que amaste con locura
o los sueños y esperanzas compartidas
que urdiste en el telar de juventud.

Has disfrutado mucho, viajero, 
aunque hubo también días amargos
en que la vida te pagó con falsa moneda:
el desencanto, la traición,
la muerte temprana de los amigos…
y guardas viejas cicatrices en el alma
casi tantas como en la piel.
Pero a pesar de todo, sí, mereció la pena.

Algo has aprendido en estos años:
que somos hijos del barro y de la luz
que la vida no es un valle de lágrimas
que no existe ese mago tenebroso
al que llamaron Dios nuestros abuelos
ese juez inclemente con nuestras debilidades
ese cabrón cruel y artero
que se regodeaba en nuestro sufrimiento
ese arquitecto chapucero
que regía tan injustamente nuestros destinos
(para  mayor sospecha
siempre de acuerdo al interés de los poderosos).
Jamás querrías viajar con un ser tan miserable.

Te rebelaste contra el Dios de tus padres
el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob
arcano de muerte y no de vida.
Amas la vida con inefable pasión
y por eso siempre has pensado
que el día que la Muerte llame a tu puerta
para ofrecerte la gloria o la nada
sin duda la mirarás de frente, cara a cara,
le sonreirás con ironía
y escupirás a sus cuencas vacías
con una mueca de desprecio.

Pero la antigua intuición
aún en días ásperos de sombras y desaliento
nunca dejó de abrirse camino en ti.
La  reconoces en la fuerza amorosa y creadora
que mueve la pluma de los poetas
que  inspira los gestos audaces de los profetas
la descubres cada día en las risas de tus hijos
en la mirada cómplice de tus amigos
en la  sonrisa tierna y comprensiva de tus amigas
en el milagro cotidiano del amor.
La ves en cada esfuerzo solidario
para construir un mundo fraterno
da igual de qué manos venga.

A veces esa fuerza brota en tu interior
y en días de debilidad disipa tu bruma y tu cansancio
o te habla al oído en tus largas soledades viajeras.
La contemplas en el prodigio de la creación en  marcha
en la energía incontrolable del cosmos
que humilla la codicia de los hombres.
La has visto también en los ojos queridos
de quienes se  despedían de este mundo.

Hace tiempo que te resistes a llamarla Dios
estás harto de falsificaciones interesadas
la has llamado en tus versos
Madre, Viento, Vida, Amor
te has entregado a sus manos maternales
aferrado a la idea de que esa Luz que alumbra el barro
esa energía que actúa a través de nosotros
en medio del lodazal en que cada día
chapoteamos torpemente
de alguna misteriosa manera subsistirá
cuando todo haya acabado
que volveremos a ella
nos fundiremos en ella
seremos parte de ella
felices para siempre.

Y después de todo
si tu intuición fuera un espejismo, una vana ilusión
un deseo de definitiva venganza poética
si sólo somos polvo de estrellas
nada más y nada menos
y nos hemos de desvanecer en el vacío
para volver un día a ellas
qué más da
¡Es tan hermosa la inmensidad silenciosa del Universo!

jueves, 23 de junio de 2011

EL PERDEDOR




















Siempre preferiste perder
a jugar con las cartas marcadas
Te has negado a aceptar
tu papel en esta mascarada

Guardas como un tesoro la antigua bondad
la honradez campesina de tus abuelos
que eran leales para siempre a la palabra dada
y sellaban un pacto sagrado
con un simple apretón de manos

Porque para ti hay valores inmutables
a los que no renuncias a ningún precio
que son el viento que te alienta
y disipa tu bruma y tu cansancio

Por todo ello, bien lo sabes,
tus amigos te queremos
y así eres feliz
aunque muchos te crean
un perfecto gilipollas.

miércoles, 22 de junio de 2011

PUEBLO DE BARRO

















Aquí en medio de la nada
un pueblo noble agoniza
destilando su antigua sangre de lodo
bajo las bardas de sus muros de arcilla
un pueblo de barro destinado a ser barrido
por las lluvias y el viento
a hacerse tierra con la tierra
que laboriosamente le infundió vida
(De  Aragón hablo, sabedlo,
mas  pude hacerlo de cualquier parte)

Apenas ya queda nada
-me cuenta una paisana-
de aquel paisaje de nuestra infancia.
Como el viento abre cicatrices en la estepa
así los años han surcado nuestros rostros
nuestras almas y  nuestro mundo
han quebrantado

De nada sirve lamerse las heridas
pregonar las deudas de la historia
o airear con orgullo nuestra estirpe
indómita  de pequeños hidalgos
(Dejemos para otros
 tan patético oficio)

Pero, hermana,  tú bien sabes
que el polen no llueve del cielo
Toma un puñado de arcilla
y amásala  entre tus dedos
Es esta materia humilde
lo único que en verdad poseemos:
Tus manos y mis manos
la única certeza
nuestro amor a la tierra
y esta inquebrantable
voluntad de permanencia

¿Recuerdas cuando de niños
hacíamos chamizos  de cañas  junto al río?
Así haremos ahora
Y aunque el cierzo se empecine
en derribar nuestra casa
desafiaremos a los dioses
y nunca reblaremos
pues no nos queda otra cosa
que el milagro del barro
y el amor que lo amasa.

martes, 21 de junio de 2011

ULTREIA


















Esos yermos castigados por el sol
esos pardos rastrojos
y al fondo el cielo inmensamente azul
sobre la tierra roja del camino

Surge de pronto un corro de álamos
una fuente amorosa
un tapial de piedras

Recuerdas palmo a palmo
golpe a golpe de pedal
aquel tramo del Camino

Recuerdas la mirada triste
la cara sudorosa
la respiración fatigada
del viejo peregrino del Norte
que se protege a la sombra
de un talud de tierra

El calor es agobiante
pero tú no lo sientes
Has templado tu alma
en días de soledad
y tus piernas son fuertes
duras como las piedras del Camino

Castrojeriz se adivina allí a lo lejos
y apuras la pedalada ahora dolorosa
Santiago 500 kilómetros
señala un antiguo miliario
y continúas tu marcha
y continúas tu búsqueda
aunque empiezas a intuir
que en el Camino sólo hallarás
lo que contigo viaja.

lunes, 20 de junio de 2011

LA PLANA

















A romero florido huele el monte
a orégano y tomillo, a retama en flor
Nacido de la lluvia un manto verde
quiebra el grisáceo sopor de la estepa

Has vuelto a recorrer estos barrancos
a aspirar esquirlas de hielo
en las pálidas rampas de La Plana
y has vuelto a oír
la sinfonía eléctrica del cierzo
sobre los viejos trigales

Tienen estas lomas pedregosas
un no sé qué de paisaje inacabado
de solanar maldito de Caín
donde se exilian los últimos árboles

Barrancos de las Almunias, del Montañés
de la Balsa, ¿quién recuerda ya
vuestros nombres hermosos?
¿quién de su origen sabe?

Mas dicen que por aquí no ha muchos años
las mulas arrastraban cada noche
de estío su preciada carga de nieve
desde los altos de Fuendetodos.

Contemplas a tus pies la vega que conduce a la ciudad
escuchas su agónico estertor entre aullidos de lobos
Los canes se disputan sus últimos despojos.

domingo, 19 de junio de 2011

EL VIAJERO Y EL DIABLO
























En cuanto vió las brasas ardientes
satánicas de sus ojos
supo que aquel enorme perro gris
llevaba la muerte en sus fauces
que en tan estrecho camino
no podría escapar
al furor de sus dientes asesinos

Retrocedió, pensó en evitar prudente
el encuentro; pero entonces
vinieron a su mente las palabras
del sabio maestro Confucio:
“confía en ti mismo y no temas avanzar
si sientes que la verdad ilumina tus pasos”
Se armó de valor y de una gruesa rama de sauce
y acometió decidido a la bestia.

Ahora que la vida escapa a borbotones
de su cuerpo maltrecho
y siente en la cara
el fétido aliento de la muerte
recuerda el consejo
del cauto estratega Sun Tse:
“no libres más batallas
que aquellas que vas a ganar”.

sábado, 18 de junio de 2011

LA RÍA




















Abajo junto a la ría
testigos herrumbrosos de otro tiempo
se yerguen espectrales
diluyendo su sangre en aguas enlodadas
y aunque los años han maquillado el desastre
aún verás barrios grises
y vidas sórdidas de trashumantes
que un día nutrieron las camadas de lobos

Arriba en las colinas
una verde sinfonía residencial y ajardinada
Tendido en la hierba escuchas
el latido de este pueblo
alegre, combativo y luminoso
mas no ignoras que en las sombras
de nuevo la bestia acecha presta a matar
por una mítica patria
que nunca existió.


viernes, 17 de junio de 2011

EL BOSQUE




















A Andrés Esteban

Dice nuestra guía, Andrés,
que estas aldeas sólo ofrecen al viajero
el agua de sus fuentes
y el musgo de sus piedras

Pero tú amas estas sendas solitarias del norte
Te gusta perderte bajo las sombras
húmedas de los carvallos
y aspirar las fragancias del bosque

Aquí el tiempo se detuvo hace siglos
y el paisaje permanece milagrosamente intacto
Si escuchas con atención
oirás los cascos de las bestias golpear el enlosado
los gritos de las huestes de guerreros
los cánticos festivos de las mozas
o el silbido del zagal que arreaba el rebaño

En un claro te sorprende el rumor de una dalla
y el aroma del heno recién cortado.