Abajo junto a la ría
testigos herrumbrosos de otro tiempo
se yerguen espectrales
diluyendo su sangre en aguas enlodadas
y aunque los años han maquillado el
desastre
aún verás barrios grises
y vidas sórdidas de trashumantes
que un día nutrieron las camadas de
lobos
Arriba en las colinas
una verde sinfonía residencial y
ajardinada
Tendido en la hierba escuchas
el latido de este pueblo
alegre, combativo y luminoso
mas no ignoras que en las sombras
de nuevo la bestia acecha presta a
matar
por una mítica patria
que nunca existió.
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