martes, 14 de junio de 2011

LAS MANOS DEL VIAJERO
















Miras la aspereza de tus manos
ajadas de sol y viento
surcadas de arañazos y viejas cicatrices
teñidas por la pátina del tiempo
encallecidas como las de un marino

Miras la aspereza de tus manos
de estos dedos de cartón sucios y torpes
que un día fueron de marfil pulido
que acariciaron las cuerdas y el teclado
y supieron del barro y sus prodigios

Las miras y no las reconoces
Son sólo tuyas porque guardan la memoria del tacto
las caricias en la piel del cuerpo amado
la redonda suavidad de unos senos
la acogedora calidez del vientre
los recónditos vértices del deseo

Miras la aspereza de tus manos
los estragos que en ellas
va causando el camino.

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