Ella
toma mi
sexo
lame mi
vientre
muerde
mi pecho
Es una
amante delicada y sutil
que
acaricia mi piel con sus mil dedos
Me dejo
hundir en su húmedo vientre
y me
acoge su tibio
paraíso
de silencio
y sólo
a punto de perder el sentido
quiebra
mi cuerpo
el
espejo del agua
Y
entonces
tendido
sobre la lámina azul turquesa
del
embalse de Proserpina
desnudo
y solo
desposeído
y pobre como una rata
descubro
asombrado
que en
ese instante
soy el
hombre
más
feliz del universo.
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