Al atardecer
musculadas sombras
retan orgullosas al sol poniente
reos de muerte
extreman su belleza azabache
de gladiadores astados
ofreciendo al viajero su mejor perfil
Berrean
y tozan
y son un amago de tormenta
que azota la hierba seca
(Así os quiero, así, viento
indómito en la dehesa
que no carne torturada en la plaza).
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