domingo, 24 de julio de 2011

CANCIÓN DE AMIGA (A mi Astra)


Hoy estoy triste, muy triste. Tras veinte años juntos mi amiga, mi amada compañera, me ha dejado para siempre.

¡Si supiérais cómo me oprime la nostalgia de tantos días felices e inolvidables que compartimos, de tantas noches ardientes de verano recostado en la calidez de su vientre bajo la luz de las estrellas!

De jóvenes formamos una pareja terrible y letal como el arma de su nombre. Siempre estuvo a mi lado, nunca me falló mi dulce amiga alemana. Juntos recorrimos viejos caminos polvorientos y modernas autopistas, hollamos todos los paisajes de Europa desde los hielos del norte a los olivares del sur.

Siempre añoraré, amiga,  tu perfil de viento, tus anchas caderas, tus curvas de plata, tu sobria belleza germana o ese ronroneo perezoso tan tuyo cada vez que te despertaba con cariño para  iniciar  un nuevo viaje.

Pero tu viejo corazón de acero no ha podido más y ha reventado dejando un reguero de aceite y gasoil sobre el asfalto ardiente del Puerto de Paniza.

Astra 1.7 TDI caravan. ¡Cómo amaba tus cuatro cilindros, tus noventa y cinco caballos, tus vidrios tintados, tu dirección asistida!.  Gracias amiga por cada uno de los trescientos mil kilómetros que me diste, por soportar con paciencia infinita mis malos tratos, gracias por aquella vez que me dormí al volante en la autovía y fuiste a posarte suavemente en la mediana.

Perdóname por haberte descuidado, por haberte dejado en manos de un mecánico desconocido y grasiento que, en un taller de Cariñena abarrotado de chatarra, te ha mirado con desprecio y con malos modos ha pronunciado la sentencia fatal. Ni siquiera he podido velarte y darte el entierro que tú te mereces. Tras recoger tus pobres despojos he cerrado tu único párpado para siempre,  y te he despedido besando la frente dura y fría de tu capot.

sábado, 16 de julio de 2011

VIAJAR



Viajar para escapar de todo y de todos,
para encontrarse a uno mismo, para buscar la belleza, para escuchar el silencio, para conocer a un ángel, para volver al origen, para dejarnos preñar por el agua y el viento, para empaparnos de lluvia, para limpiarnos de mugre, para recuperar las fuerzas, para reconocer lo mejor y lo peor que habita en nosotros, para vivir la excitación de la aventura, para buscar respuestas, para sacudir el alma como una vieja sábana, para superar las pruebas, para estrechar otras manos y besar otros rostros, para amar con las manos limpias y los bolsillos vacíos, para reconocer nuestro humilde papel en la cadena de la historia,  nuestro humildísimo lugar en el universo, para ser mejores, para sentirnos vivos, para no esperar nada, para partir al destierro...

viernes, 15 de julio de 2011

ANHELOS















 



entonces sí me siento náufrago
y sólo el mar puede salvarme.
Mario Benedetti


Cuando mis ojos no soportan por más tiempo
el hastío del cemento
el laberinto de las calles asfaltadas
los horizontes de acero

cuando estalla en mis oídos
la explosión de mil motores
el tintineo impertinente del metal
el griterío que abarrota los espacios

cuando quienes me quieren con locura
me ahogan amorosamente

cuando mi boca añora los silencios prolongados
el sabor de la soledad y de la tierra húmeda

cuando mi piel ansía las caricias del viento
el dulce beso del sol
el azote sedoso de la lluvia

cuando anhelo hasta el dolor
probar una vez más, oh diosa venerada,
el suave galopar de tus laderas

penetrar
tus vértices más recónditos
y deseados

sentir
el manantial salino de mi cuerpo
chorreante de espuma
encabritado como cresta de mar embravecido...

Entonces sí me siento náufrago
recuerdo mi vieja vocación de trashumante
y sólo el camino puede salvarme.

jueves, 14 de julio de 2011

PREPARACIÓN




La vieja brújula de latón sobre la cama, la navaja suiza, el saco, la cámara de fotos...

Has ajustado tu máquina, has revisado tus alforjas y limpiado cuidadosamente las gafas de piloto con las que dicen te das un aire a Keanu Reeves.

Mañana partes de nuevo. Un equipaje liviano: unas pocas prendas, un trozo de jabón, una toalla, el botiquín, la herramienta, alguna vianda...

Un equipaje liviano, bien lo sabes, que inútil es casi todo en el camino y cada gramo de más agarrota los gemelos y tira de ti hacia el abismo en los puertos de montaña.

Miras ahora el mapa por última vez y lo doblas cuidadosamente, con esa íntima y turbadora emoción que precede a cada viaje.

Geografía imprecisa que nada sabe del hielo en las madrugadas, del viento en los olivares, de tus largos monólogos en la soledad de la estepa, del dolor en las piernas cuando cada pedalada es un tormento, de la inquietud que sentirás al caer la noche sin haber hallado abrigo, del miedo (colmillo, acero, coche, rayo, caída...) que emboscado te espera en cualquier recodo del camino.

Vana geografía que nada sabe de la belleza del mar, de las manos protectoras de un ángel, de la entrañable charla entre amigos bajo la noche de plata…

Miras el mapa por última vez y recuerdas lo que un día te dijo un viajero: que el mapa, amigo, no es el territorio.

miércoles, 13 de julio de 2011

ALAMBRADAS























Viajero, si de Sevilla vas hacia el norte
por la antigua Vía Romana
a ambos lados del camino hallarás
un rosario de despojos
ensartados en alambre de espinos

Si prestas atención oirás las lenguas
de quienes no callaron
su hambre y su vergüenza

verás las manos callosas
que quisieron fecundar estas tierras

verás aún palpitantes
los corazones rebeldes
que no aceptaron resignarse

Hazme caso, viajero,
aunque miles de ojos te miren
y miles de bocas te llamen
desde las alambradas
no intentes abandonar el camino

No podrás ir a ninguna parte
porque todo es del señor
y dicen que desde hace siglos
los amos de esta tierra
degollan a los osados
que pretenden allanar
las propiedades ajenas

Forastero, sigue mi consejo:
Si quieres permanecer tranquilo
musita tu recuerdo o tu oración
evita los charcos de sangre
y no hagas preguntas.

martes, 12 de julio de 2011

EL ÁGUILA REAL
















Sobre las encinas un trazo de fuego
surca inquietante
el intenso azul del cielo

¿Ha pagado acaso aranceles
por el uso de los cotos de caza?

A dónde vamos a llegar
si ya ni la monarquía respeta
la propiedad privada.

lunes, 11 de julio de 2011

LOS TOROS























Al atardecer
musculadas sombras
retan orgullosas al sol poniente

reos de muerte
extreman su belleza azabache
de gladiadores astados
ofreciendo al viajero su mejor perfil

Berrean
y tozan
y son un amago de tormenta
que azota la hierba seca

(Así os quiero, así, viento
indómito en la dehesa
que no carne torturada en la plaza).

domingo, 10 de julio de 2011

LOS ÁNGELES




















Los ha visto a menudo en los caminos
Aparecían de milagro
en el momento más oportuno

En días de hambre le dieron su pan
su fruta fresca y su vino cuando le consumía la sed
su compañía cuando le ahogaba la soledad
su consejo cuando estaba perdido
su auxilio cuando estaba herido

Por eso sabe el viajero
que los ángeles tienen sexo
Son hombres y mujeres
profundamente humanos

A veces caminan
con el bordón del peregrino
a veces cabalgan sobre dos ruedas
o van en coches sin aire acondicionado
Nunca los ángeles salen en los periódicos
(a menudo ni siquiera los leen)
no duermen en hoteles
ni visten sotana
ni llevan ternos grises
ni saben lo que es un traje de noche
Prefieren los muy ladinos
pasar desapercibidos
ocultarse bajo prendas deportivas
disfrazarse con ropa barata de supermercado
con monos de obrero
o con la pana y el basto algodón campesino

Hay que ser pobre para ver a los ángeles
porque su reino no es de este mundo.

DECÁLOGO DEL VIAJERO




















No cargues nada en tus alforjas
que no sea imprescindible

Toma de buen grado lo que te den
y pide sin reparo lo que necesites

Comparte cuanto tienes:
Tus parcos bienes, tu sabiduría viajera

Comunícate, déjate enriquecer
y enriquece a otros con el don de tu palabra
con la luz de tu sonrisa
con tu gesto cálido y cercano

Procura mirar las cosas y a las gentes
con el corazón limpio
Sólo así comprenderás
pues como dijo el viajero francés
es lo esencial  invisible a los ojos

Haz pocos planes para mañana
Improvisa y déjate sorprender
por lo que irá surgiendo

Sé prudente para evitar riesgos innecesarios
valiente para abrirte a nuevas experiencias

Nunca te desespere el dolor o el cansancio
Recuerda que cada paso
te hace más fuerte
cada jornada más sabio

Déjate transformar por el camino

Desposéete de todo
Intégrate en todo
Vuelve a la diosa madre a la que perteneces
Recupera la originaria simplicidad
Hazte una misma cosa
con los árboles
las piedras
la hierba
el viento
el agua
el polvo de los caminos
Y rueda, rueda, rueda...

viernes, 8 de julio de 2011

LA BLANCA DAMA


















Desesperado de sed
buscando una fuente
bajo el sol de la tarde
la boca áspera
los labios ajados de polvo y calor
descabalgué
entre aquellas casas blancas
hirientemente luminosas


Os juro que fue como lo cuento
que la dama apareció llamándome a su lado
que me introdujo en las sombras húmedas
amorosas de aquel patio
que me dio agua fresca y siete higos helados que
al ver la torpeza de mis dedos
fue pelando para mí

Me asombró la belleza
de aquella hermosísima dama
su mirada diáfana
su noble rostro moreno de campesina
su blanca saya

Mientras comía ella reía
y en su boca descubrí
la misma sonrisa tierna
de todas las mujeres
 que me han amado

¿Fue un sueño
una delirante alucinación
fue una parca, un hada
 acaso un ángel?

Nunca lo sabré
pero al recordar a  la blanca dama
vuelvo a sentir
el fresco y dulce jugo de la fruta
en mi boca.



EL LEGIONARIO
















En la plaza de aquel pueblo blanco, bajo la noche de espadas de plata, compartimos tu vino y fumamos mis últimos cigarros.

Supe entonces de tus andanzas por tantas cañadas y rutas jacobeas que no guardan misterios para ti, de tu amor a caminar en soledad en largas jornadas de hasta diez leguas.

Cuando el vino y la noche abrieron nuestros corazones, en esa hora mágica que hermana a los viajeros, me hablaste de Mostar y de Herat, de los amigos que no volvieron, de paisajes malditos que atormentan tus noches de soldado, de lugares donde la vida vale menos que una bala.

Cuando al día siguiente te vi (pequeño, enjuto, cetrino, castigado por el sol y tu inmenso macuto militar, atacando a paso de marchista olímpico las duras rampas del puerto de Béjar, tus sandalias de cuero golpeando enérgicas el enlosado romano) pensé que perteneces a la estirpe de aquellos sufridos, infatigables, legionarios hispanos.

miércoles, 6 de julio de 2011

FELICIDAD


















Ella
abraza mis muslos
toma mi sexo
lame mi vientre
muerde mi pecho

Es una amante delicada y sutil
que acaricia mi piel con sus mil dedos

Me dejo hundir en su húmedo vientre
y me acoge su tibio
paraíso de silencio

y sólo a punto de perder el sentido
quiebra mi cuerpo
el espejo del agua

Y entonces
tendido sobre la lámina azul turquesa
del embalse de Proserpina
desnudo y solo
desposeído y pobre como una rata
descubro asombrado
que en ese instante
soy el hombre
más feliz del universo.

martes, 5 de julio de 2011

LAS MOSCAS























Atacan tus piernas y tus brazos
parecen atraídas como imanes por tus ojos
se posan a cientos en tus párpados, en tus labios
buscan rabiosamente todos los orificios de tu rostro
Te sientes, viajero, una res más de la dehesa
una asquerosa boñiga gigante

Las duras rampas finales las subirás a pie
todo tu cuerpo cubierto como un beduino del desierto
y es tanto lo que corres para escapar de los dípteros
que el pecho te duele como si fuera a estallar
y oyes amenazantes los latidos desbocados
de tu corazón

Y de repente una brisa suave
hace que cese la tortura alada

En la roca cimera
la cruz de Santiago se recorta
sobre un horizonte de alambradas

Un relámpago se dibuja
en el cielo gris
preñado de cadenas

La lluvia cae acariciando
como un foulard de seda
tu piel sudorosa
 y abrasada.


lunes, 4 de julio de 2011

MARTES TRECE


Es un martes cualquiera. Como tantos amaneceres, varado entre la niebla, me espera el dragón dormido. Su panza devora el somnoliento desfile de empresarios uniformados de terno gris, de funcionarios del Estado, de inquietos opositores, de políticos locales, de profesionales, de sindicalistas, de artistas...

El monstruo de hierro serpentea sobre el terrón brumoso que rodea mi ciudad, sobre los campos helados, sobre mi amada estepa lunar, árida y desierta como un inmenso cementerio atómico. De pronto, surge allá abajo la refulgente esmeralda del Jalón, su fértil vega abierta a los aires del Moncayo. Y leo a Gioconda Belli:

            Mi deseo de vos, amado,
            es como el viento en las colinas de Waslala,
            corriendo sin parar
            y siempre regresando.

En Calatayud, una mujer se sienta a mi lado. Es joven, muy joven. Es hermosa. Es del Sur. Me fijo en sus manos pequeñas de jornalera barata, en sus uñas postizas lacadas en rojo, en la pulsera dorada con su nombre grabado, en su cara morena, en los dos pumas andinos que brillan en sus ojos. Se ha quedado sin batería y necesita llamar a Madrid. Le presto mi móvil. “¿Qué lee usted, señor?”. Recito para ella:

Jadeo de tristeza
y lloro de amor encerrada
como tigre enjaulado
en las noches,
oyendo tu palabra,
tu cabeza en la almohada lejana.

“¿Le gusta la poesía? Es usted todo un caballero romántico”. Hablamos largo rato; o, por mejor decir, ella me habla y yo escucho. Escucho una historia larga y triste sobre su infancia limeña, su llegada a Madrid, su huída a Calatayud,  su trabajo en un hotel. Pero ahora vuelves junto a tu hombre, me cuentas ilusionada, y dices que ya no toma, que ha encontrado un buen empleo, que  promete respetarte, que quieres darle otra oportunidad.

Qué seré para vos, amado
en este trapiche
donde no quedará nada en pie de nuestra estatura,
en estos días en que todo es más vivo
porque cercana está la muerte.

¿Cómo decirte, Paulina, que has cogido el tren equivocado? Huye. Bájate en Guadalajara. No, que ya la hemos pasado. Estamos entrando en Madrid. Salta. Mejor espera. Yo te ayudo. Baja a las vías por el otro lado y escapa por el siguiente andén.

Pero todo es inútil. Paulina está ilusionada. Paulina está enamorada. Y este caballero español parecía romántico, pero no entiende de amor, y el tren ha parado, y ella me tiende su mano y yo beso su mejilla y pongo entre sus dedos sangrantes mi tarjeta (si descubres que estás equivocada, no lo dudes, llámame).

Es un martes cualquiera. Paulina está ilusionada. Paulina está enamorada. Paulina salta al andén trece confiada y risueña. Y allí se queda, radiante y feliz en brazos de su asesino.

domingo, 3 de julio de 2011

TERRAZAS DE ATOCHA



Ven pronto, amigo mío, no me hagas esperar que la vida de Paulina se aferra a mi garganta como este inhóspito, paleolítico croissant. Ven pronto, amigo mío, que ya llevo dos cognacs.

Rumanos, latinos, chinos, africanos, españoles, ejemplares de todos los colores bullendo entre las palmeras bajo el ardiente sol artificial de este acuario de Atocha. Y es seguro que Cibeles, o alguna otra deidad canalla, pegada al cristal se divierte a nuestra costa.

En la mesa de al lado una niña de veinte años le dice a un ejecutivo grasiento que se lo hace con él por doscientos euros. Te quisiera a mi lado, amor. Necesito con urgencia un beso, un beso ahora mismo, un beso… u otra copa de cognac.

Me entretengo contemplando los pies de los viandantes, sus pisadas frágiles, enérgicas, tímidas, cansadas, pausadas, veloces, sutiles. Me gusta adivinar qué vida enfunda cada zapato. Y veo botines de piel, tacones livianos de oficinistas y dependientas, zapatos humildes gastados hasta la consunción, zapatos agresivos de largas punteras, zapatos italianos de lujo.

Ahora asoman unas deportivas de supermercado que de mayores aspiran a ser Nike. Los bajos de un tejano de saldo se doblan sobre ellas. Los pies son jóvenes, fuertes. Los pantalones estrechos resaltan las piernas atléticas de un obrero barato del Este.

De repente los pies giran y se acercan a unos pequeños de mujer. Calza zapatillas de lona, viste vaqueros, y arrastra una hinchada bolsa de viaje, y pienso que si sus costuras reventasen Atocha estallaría incapaz de contener tantos sueños.

Las piernas se encuentran, se funden, alzo la vista, observo arrebolado el abrazo. Me siento casi feliz.

sábado, 2 de julio de 2011

NOCTURNO


Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado
como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo.
Alejo Carpentier

Todo ha quedado atrás: los vasos vacíos, los ceniceros llenos, los amigos que te quieren y que esperaban verte. Tienes esta noche las manos negras, el corazón sudado como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo

Al llegar al hotel has dejado que  el agua corra abundante sobre tu piel despojándola del sudor polvoriento y metálico de esta ciudad sin viento.

Papeles sobre la mesa, una pluma, un analgésico. Las doce de la noche.

Te asomas a la ventana como lo hace a estas horas en su cabina el viejo capitán de navío que sólo a las estrellas confía su derrota. Zumban allí abajo los ejércitos de luciérnagas motorizadas. ¡Cómo te abruma esta ciudad prodigiosa y despiadada!

Tirado sobre la cama, el dietario testifica los pormenores de la jornada: una reunión tediosa, un decisivo encuentro que en dos horas y media se saldó en tablas sobre el mantel a cuadros de un restaurante francés. Pero lo más importante, lo que te hará volver, no aparece en sus páginas. Sus solapas ajadas esconden tu más preciado tesoro, el pequeño cuaderno de piel preñado de nombres. Bien sabes tú que al final del trayecto sólo esto quedará: las personas queridas, el recuerdo de unos pocos instantes luminosos, tal vez algunos libros que leíste o que soñaste escribir.

Suena el teléfono. Una mariposa acaba de estrellarse contra el cristal de la ventana.

viernes, 1 de julio de 2011

AMISTAD















Como hojas suspendidas en el aire
nuestras vidas prefiguran la forma
del Viento que nos mueve

Volveremos a encontrarnos una y otra vez
mecidos por la magia del aire
y danzaremos juntos al son del cierzo airado
de la brisa amable de la primavera
del cálido bochorno del estío

Y tu vida será parte de la mía
y en ti estará mi vida
compartiendo una vez  más
esta burla apasionante y delicada
que es la Vida.