miércoles, 5 de septiembre de 2012


















QUÉ QUEDA DE TI

Tenías un aire tímido pero a la vez altivo,
los rasgos suaves, el cuerpo fibroso y ágil,
delicadamente varonil, casi femenino,
dualidad efébica apenas rota
por la gravedad de tu voz,
por aquella mirada afilada y curiosa,
a veces obnubilada y reflexiva,
que observa la vida con ilusión y soberbia.

Revisando tus viejas fotos en esta tarde
triste y ventosa de casi otoño
has vuelto a preguntarte qué queda de ti,
de aquel que tú has sido,
de aquel joven juncal y aguerrido
cuya voz llenaba el aire
de dardos y amapolas,
de aquella mirada firme,
de aquel andar decidido,
de aquella sonrisa fácil,
vibrante y generosa.

Como el tiempo desvanece los colores
en las viejas estampas
así ha desgastado tus rasgos juveniles,
ha endurecido tu rostro,
ha pintado en tu boca una mueca de ironía
y un deje de amargura en tu mirada.
¿Sabiduría? ¿Decadencia?

Pero en tus ojos cansados
permanece un tenue destello
de aquella antigua ilusión.
Y hoy quiero creer y creo
que es el amor a la Vida,
que es el amor al Amor.

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