domingo, 20 de octubre de 2013

VIATOR EN SU LABERINTO






















Algunas personas te aman, otras te tienen rabia, 
lo que ellas sienten no depende de tu comportamiento, 
sus razones a veces son justas, a veces no, poco importa 
cómo te juzguen, los seres son tan contradictorios
que es imposible satisfacerlos, tan sólo ten siempre en mente ser auténtico y honrado.
                                                                         Dalai Lama


El hombre que camina por estrechas sendas
lo percibe en las miradas atentas que lo miran:
Unos lo respetan y lo admiran; para otros es un cabrón.
Los hay que sin saberlo, y a veces sabiéndolo,
no hacen sino esparcir sal gorda en sus heridas.

Pero la fuerza de la Vida fluye imparable
y todo lo sana el bálsamo divino de la amistad.
Es tan sutil a veces la línea que separa el amor y el odio,
la razón y la locura, la justicia y la iniquidad, 
que sería vanidosa pretensión satisfacer a todos.

Por eso el hombre que camina por estrechas sendas
no pretende ser bondadoso y justo a ojos de nadie;
tan sólo aspira  a terminar indemne su camino,
a hacer el menor daño posible y aliviar en lo posible
el sufrimiento que otros causan.

Terminará este tiempo de azucenas marchitas,
ya lo veréis, terminará,
y un luminoso y tibio amanecer
el viajero cogerá su viejo sombrero de caminante
y su mochila gastada y vacía y, con un clavel
en el ojal y una sonrisa en los labios,
partirá discreto hacia otras tierras
donde el sol es más dulce y el aire más limpio.




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