lunes, 2 de abril de 2012

PRIMAVERA ROJA

















La primavera era un cachorro inquieto
que arañaba los cristales.

Me recuerdas aquellas tardes lejanas
en que el amor crecía
entre el rumor de los alfanjes,
aquellos días en que ardía la piel
y ardían los corazones
y las calles ardían teñidas de rojo
llamándonos
como en esta primavera
de esperanzas florecidas.

Me preguntas qué pasará ahora y no lo sé.
Yo sólo soy un viajero envejecido y cansado.
Sólo sé que los dioses
del mercado se han hartado
de darnos sus tristes concesiones.
Sólo sé que trataremos de alzar un muro
frente al siniestro futuro que nos deparan.
Sólo sé que otros jóvenes
que ya no somos tú y yo
se amarán de nuevo
entre el rumor de los alfanjes.

Porque la primavera es un cachorro inquieto
que araña sus cristales.

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