lunes, 20 de junio de 2011

LA PLANA

















A romero florido huele el monte
a orégano y tomillo, a retama en flor
Nacido de la lluvia un manto verde
quiebra el grisáceo sopor de la estepa

Has vuelto a recorrer estos barrancos
a aspirar esquirlas de hielo
en las pálidas rampas de La Plana
y has vuelto a oír
la sinfonía eléctrica del cierzo
sobre los viejos trigales

Tienen estas lomas pedregosas
un no sé qué de paisaje inacabado
de solanar maldito de Caín
donde se exilian los últimos árboles

Barrancos de las Almunias, del Montañés
de la Balsa, ¿quién recuerda ya
vuestros nombres hermosos?
¿quién de su origen sabe?

Mas dicen que por aquí no ha muchos años
las mulas arrastraban cada noche
de estío su preciada carga de nieve
desde los altos de Fuendetodos.

Contemplas a tus pies la vega que conduce a la ciudad
escuchas su agónico estertor entre aullidos de lobos
Los canes se disputan sus últimos despojos.

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