Esos yermos
castigados por el sol
esos pardos
rastrojos
y al fondo el
cielo inmensamente azul
sobre la tierra
roja del camino
Surge de pronto
un corro de álamos
una fuente
amorosa
un tapial de
piedras
Recuerdas palmo
a palmo
golpe a golpe
de pedal
aquel tramo del
Camino
Recuerdas la
mirada triste
la cara
sudorosa
la respiración
fatigada
del viejo
peregrino del Norte
que se protege
a la sombra
de un talud de
tierra
El calor es
agobiante
pero tú no lo
sientes
Has templado tu
alma
en días de
soledad
y tus piernas
son fuertes
duras como las
piedras del Camino
Castrojeriz se
adivina allí a lo lejos
y apuras la
pedalada ahora dolorosa
Santiago 500 kilómetros
señala un
antiguo miliario
y continúas tu
marcha
y continúas tu
búsqueda
aunque empiezas
a intuir
que en el Camino
sólo hallarás
lo que contigo
viaja.
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